Para Constructores de Fuego parte fundamental de la esencia de su práctica artística radica en la conformación de relaciones entre sujetos: cada intervención supone una invitación al diálogo y a la suma de discursos. En un mundo donde los individuos nos descubrimos cada vez más cerrados sobre nosotros mismos y replegados al interior del espacio privado, tecnológico y virtual, la propuesta de Constructores invita a acercarse y recobrar los vínculos a través de la palabra, la mirada y la labor manual conjunta en un espacio común, a recuperar el espacio público y volver a connotarlo como lugar de encuentro y no solo de pasaje. Se busca así crear relaciones entre las personas: tanto entre y con los miembros de las comunidades donde se emplazan las obras como con otros artistas que se suman al colectivo para desarrollar proyectos específicos. De hecho, el grupo tiene una conformación dinámica, y quizás el ejercicio relacional más importante sea volver a reunirse periódicamente, al igual que los ciclos de la naturaleza.
El trabajo en el territorio se vincula también con esas nociones: creemos que en el hacer colectivo y en la elaboración colectiva de sentido puede surgir un germen de transformación de las realidades individuales y comunitarias. En los últimos años, hemos articulado con numerosas escuelas, instituciones, comunidades y organizaciones intermedias, como la Fundación Isla Maciel, el Museo Comunitario Isla Maciel, ConventiYo Creativo y la escuela secundaria del mismo barrio, el Proyecto La Estrella en Mariano Acosta, el DIAT Morón (Dispositivo Integral de Abordaje Territorial) en el barrio Carlos Gardel o la Comunidad Toba de Marcos Paz, entre muchos otros.